Desde el segundo en que te ‘prendes’ hasta esa maravillosa lucidez del after-sexo, tu cuerpo hace cosas increíbles para asegurarse de que experimentes el mayor placer posible. Pero podemos apostar a que no eres consciente de nada de esto mientras está sucediendo. Prepárate para sorprenderte con estas extraordinarias hazañas que ocurren en tu cuerpo mientras estás en acción.
1. Encuentras todo sexy
Claro, conoces lo básico para ‘prenderte’ (bomberos, Ryan Gosling, cualquier escena de Magic Mike…) pero puede que te ‘prendas’ con mucho más de lo que te imaginas. Investigadores de la Universidad de Queens en Kingston, Ontario, descubrieron que a pesar de que las mujeres heterosexuales decían sentirse excitadas sólo por los hombres, los resultados de sus medidas de activación fisiológica (como su flujo sanguíneo vaginal) dijeron otra cosa. En el estudio, la mayoría de las mujeres se sentían excitadas por cualquier estímulo sexual que veían (desnudos femeninos y masculinos, sexo heterosexual y homosexual, e incluso sexo con animales), mientras que la excitación de los hombres era mucho más predecible. El resultado final: Las mujeres tienen la capacidad de excitarse con una gama mucho más amplia de situaciones. ¡Eres afortunada!
2. Dificilmente te da asco
Existe una razón por la cual le restas importancia a cosas como el sudor o los olores extraños mientras estás teniendo sexo. Según un estudio publicado en la revista PLOS One, cuando estás excitada, es menos probable que veas las cosas asquerosas como algo desagradable. Así que eso explica por qué estás dispuesta a aguantar lo que sea por ese respiro de morning sex.
3. Tu cerebro detecta cada roce
Hay mucha más actividad de la que te imaginas allá arriba. Investigadores de la Universidad de Rutgers utilizaron un escáner de resonancia magnética funcional para ver exactamente qué sucede en tu cerebro mientras estás excitada. Encontraron que diferentes regiones del cerebro se activan en respuesta a la estimulación de la vagina, el cuello uterino, el clítoris y los pezones. Y como tu mente es crucial para la excitación, la estimulación de varias de estas áreas a la vez puede desencadenar en un final aún más explosivo.
4. Te haces más grande donde lo necesitas
Cuando estás excitada, tu vagina se expande, literalmente, para hacerle espacio a tu chico. La dimensión de la vagina comienza alrededor de 3 pulgadas -razón por cual puede parecer muy poco profunda cuanto te pones un tampón- pero a medida que te excitas, tu útero se dilata y tu vagina se extiende alrededor de 5 pulgadas. Y si estás con un chico particularmente bien dotado, tu útero puede llegar a dilatarse un poco más, dándole un poco más de espacio.
5. Sientes menos dolor
Hay una razón por la cual cosas como mordisquear o tirar del pelo, no lastiman tanto mientras estás encendida. Según un estudio publicado en el Journal of Sex Research, tu umbral del dolor puede aumentar significativamente durante la excitación. Si bien esto puede hacer que la penetración sea más cómoda, podría haber un inconveniente, puesto que algunas parejas dicen que se han hecho daño a sí mismos y no se dieron cuenta hasta el after sex.
6. Tus ‘boobs’ atraviesan algunos cambios
La próxima vez que estés en acción, tómate un segundo para verte el pecho. Como resultado de un aumento en el flujo de sangre del área, probablemente te des cuenta que tus pezones están erectos y con un color un poco más oscuro de lo usual. Además, investigaciones previas han demostrado que a algunas mujeres se les hinchan las boobs cuando están excitadas y su tamaño puede aumentar considerablemente.
7. Tu cuerpo comienza a sonrojarse
Estudios demuestran que la temperatura corporal y de tu rostro aumentan durante la excitación, lo que explica por qué tu cara y tu pecho pueden llegar a ponerse un poco rojos cuando estás teniendo sexo. Además, el aumento en el flujo de la sangre produce un “rubor sexual” en algunas personas, que aparece en el pecho como un sarpullido rojo o rosado y disminuye después de la excitación.
8. Tu mente se relaja
Si sientes que tu cerebro se vuelve como una laguna durante un orgasmo, estás en lo correcto. Según un estudio de la Universidad de Groningen en Holanda, la amígdala cerebral, la parte del cerebro involucrada con el miedo y la ansiedad, se apaga cuando las mujeres tienen un orgasmo. Incluso, de acuerdo a los escáneres cerebrales, los movimientos corporales que realizas durante el orgasmo son completamente involuntarios.
9. Tus músculos tienen una mente propia
Durante el orgasmo, las experiencias de tu cuerpo tiene un periodo de contracción o espasmos musculares, debido a la activación de los músculos vaginales, de acuerdo con William Masters y Virginia Johnson, pioneros en estudios sobre sexualidad. Esto hace que los músculos de tus piernas, brazos, cuello, abdomen y cara se tensen. Al mismo tiempo, ocurren contracciones vaginales involuntarias en intervalos regulares. Los investigadores todavía no están seguros por qué esos espasmos ocurren y por qué algunas mujeres no los experimentan en lo absoluto.
10. Tu vejiga está en espera
Cuando tienes un orgasmo, tu cuerpo libera un hormona antidiurética, que puede ser la causa del porqué no puedes orinar justo después de tener sexo, dice Herbenick. Eso sí, no dejes pasar un largo tiempo para ir al baño, pues los expertos aconsejan ir después de tener sexo para ayudar a prevenir infecciones urinarias.