Entre los Millennial y los Centennial nos hemos encargado cambiar las típicas reglas del amor. Las definiciones que antes eran claras ahora son borrosas, confusas o se mezclan. Esto provoca que tanto hombres como mujeres nos enredemos a la hora de buscar pareja, cometiendo errores que muchas veces acaban por confundir y hasta ofender al otro. Por eso te explicamos las diferencias básicas entre ligar, cortejar y acosar a alguien.
Gracias a las redes sociales, las líneas entre estos conceptos se han desdibujado. Por ejemplo, a veces creemos que solo estamos conquistando a alguien mientras el otro lo percibe como acoso.
Toma nota para que no te equivoques:
1. Ligar
Es el primer acercamiento que tenemos con una persona con fines románticos o puramente sexuales, ya sea en persona, por redes sociales o alguna ‘date app’. Vaya, que es cuando te presentas y empiezas a hacer plática para ver hasta dónde puedes llegar con ese alguien que te gustó a primera vista. Quizá solo intercambien teléfonos o acaben disfrutando de una sesión de sexo casual, todo depende de qué quieran ambos.
Si lo haces de una forma demasiado directa, agresiva o insistente, podrías caer en el acoso. Debes estar atenta para captar las señales, tanto de aceptación como de rechazo, para entender si debes seguir o si es mejor retirarte con dignidad y sin incomodar.
2. Cortejar o conquistar
Es el proceso que sigue al ligue, cuando empiezan a conocerse más a profundidad y sacas tus mejores cartas para que ese alguien corresponda a tus sentimientos e intenciones. Incluye todos esos mensajes, llamadas, citas y detalles para demostrar que quieres algo más que una amistad. Tal como ocurre con el ligue, insistir cuando el otro ya te dejó claro que no tienes oportunidad, cuenta como acoso.
Aquí es donde las generaciones Y y Z nos diferenciamos de otras. Antes era bien visto »no darse por vencido», »luchar por su amor», »si ya tienes el ‘no’ ahora ve por el ‘sí» o »me he de comer esa tuna aunque me espine la mano». Ya nos quedó claro que debemos aceptar el rechazo y respetar cuando no somos bien correspondidos.
3. Acosar
Como ya vimos en los dos primeros puntos, el acoso se puede dar tanto en el ligue como durante el cortejo, e incluso cuando ya hay una relación amorosa. El acoso incluye invitaciones persistentes (aunque ya te rechazaron varias veces), mandar ‘nudes’ no solicitadas o mensajes eróticos cuando el otro no te ha dado entrada. Para que lo tengas más claro, checa estas .
Hay quienes lo llevan más lejos y buscan encontrarse con la persona »casualmente»; eso sí, luego de perseguirlos, averiguar sus horarios, los lugares que frecuenta, stalkear a sus amigos y familia, etc.
Los más extremos y obsesivos llegan a cambiar sus horarios para coincidir, hacerse amigos del círculo cercano de su objetivo, entrar a trabajar al mismo lugar y cosas aún más ‘freak’.
En resumen, si alguien ya te rechazó categóricamente una o varias veces, casi todo lo que hagas después podría considerarse acoso. No es »rendirte», en entender que quizá tu aproximación no es la correcta y si en verdad aprecias a esa persona debes respetarla.
Estamos en plena época del amor deconstruido, de romper con lo anterior y crear nuestras propias reglas. Pero hay que recordar que el respeto, la dignidad y el sentido común siempre estarán de moda.